Opinión. Sobre los tratamientos para el cáncer

Hasta ahora siempre he procurado transmitir hechos básicos sobre tratamiento y prevención. Sin embargo ahora, con la esperanza de encontrar al menos un lector receptivo, me atrevo a comentar un asunto delicado y de la máxima importancia inspirado por una cita que encontré en el blog Science Based Medicine.

«El Rechazo prematuro de los hallazgos de estudios al azar rigurosamente controlados, es una gran amenaza a la ciencia lo mismo que continuar falsedades solamente basadas en creencias. Así, en tanto que médicos y científicos, es nuestro más alto deber investigar soluciones prometedoras con alta proporción entre riesgo y beneficio (es decir más beneficiosas siendo menos dañinas); y no actuar como porteros que no dejan pasar la información basándonos en niestras opiniones personales»

Lo anterior se refiere a no rechazar terapias nuevas pertenezcan o no a la medicina convencional, por el solo hecho que no las conocemos, que no sabemos como trabajan o que no son aceptadas por nuestro círculo de colegas.
Muchas veces respondemos en forma involuntaria a la masiva promoción (leáse propaganda) de terapias sumamente caras y tóxicas para los pacientes con muy escasos margenes de beneficio para los pacientes pero que son altamente lucrativas para los fabricantes y el resto de la cadena de distribución de los productos.

No quiero decir con esto que todo tratamiento convencional no sea útil o que todo tratamiento alternativo tenga meritos, más bien propongo que tanto profesionales de la salud como pacientes y los demás mantengamos un espíritu abierto con el máximo interés en proveer salud, alivio y consuelo al que sufre. Y que procuremos balancear nuestro juicio sobre las bondades de los tratamientos existentes siendo concientes que los intereses detrás de los mismos son muy poderosos y por lo tanto capaces de corromper y corromperse o al menos de manipular en algunas ocasiones; a pesar de todas las declaraciones y esfuerzos por mantener una conducta ética.

Hace unos 10 años en un país desarrollado un inventor diligente patrocinado por algún inversionista hizo un pequeño dispositivo que mide en forma efectiva el nivel de azucar en sangre a través de una medición en aliento; fabuloso no, millones de diabéticos podrían controlarse en forma más cómoda, indolora y sin duda con el tiempo más barata. Una vez patentado y terminado dicho aparatito fue vendido por una cantidad importante a personas que lo compraron exactamente para que nunca viera la luz o no antes de sacar el máximo lucro al gran mercado de aparatitos y tiras para medir la glucosa en sangre, y los pacientes se siguen pinchando. No quiero ser eco de paranoias conspirativas sólo digo, y me consta por  experiencia directa, que los humanos somos capaces de hacer cosas que parecen increíbles para proteger intereses; torciendo a veces la ética e incluso la ley. Y que a mayores intereses, mayor presión por cuidarlos.

Por tanto, profesionales de la salud, administradores de la salud pública y políticos (con la presión y estímulo del consumidor sde salud informado); debemos hacer un esfuerzo extraordinario y valiente por proteger primero los intereses de los pacientes. Aunque ello puede ser contraproducente e incluso peligroso en ocasiones, creo que es un deber ineludible si es que nos hemos consagrado a la vocación en forma sincera. De hecho yo mismo he pagado 10 años de muchas adversidades por causa de intentar poner algo de luz y orden en la selección de los mejores recursos para los pacientes, por eso me siento en obligación de traer este tema a exposición pública para recordar que sigue siendo un deber de todos tratar de proteger y favorecer al paciente.

Noticia publicada por el Washington Times en 5/Dic/1996: "Doctor's lifesaving effort could land him in prison: FDA ignores cancer drug's success."

«Los fiscales federales aceptaron que el cancerólogo que llevarán a juicio en Enerro por usar una droga innovadora pero no aprovada ha estado «salvando vidas». Esta admisión es un hecho fundamental en la campaña de 13 años que la FDA lleva en contra del Dr. Burzynsky…

En publicaciones posteriores examinaremos evidencia acerca de algunos tratamientos alternativos que vale la pena conocer, entre ellos la Terapia Gerson o los Antineoplastones del Dr. Burzynski. No para validarlos o desecharlos sino para reforzar la necesidad de que se estudien más intensiva y seriamente por el gran beneficio que podrían generar de comprobarse sus propuestas bondades.

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Un último consejo a los  lectores: los médicos no siempre tienen la razón; usen su mejor juicio, es tan necesario hoy como lo fue ayer cuando los médicos no dudaron en recomendar actividades tan peligrosas como fumar cigarrillos.